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PARTÍU CARLISTA: pola defensa de la nuesa tierra

Javier de Borbón, el carlista maldito

Javier de Borbón, el carlista maldito LA NUEVA ESPAÑA. 7/05/2007

Hoy se cumplen 30 años de la muerte del pretendiente al trono de España que apoyó el 18 de julio, fue expulsado por Franco y perseguido por los nazis

Javier de Borbón Parma fue una persona singular. Carlista, ingeniero agrónomo y oficial del Ejército belga, apoyó el 18 de julio, se opuso a la unificación con la Falange y fue expulsado de España. Luchó en la Resistencia francesa y acabó en el campo de exterminio de Dachau. En 1952 se proclamó Rey de España como Javier I y mantuvo vivos los derechos dinásticos hasta abdicar en su hijo Carlos Hugo. Hoy se cumplen 30 años de su muerte en Suiza.

Oviedo
Hoy se cumplen treinta años de la muerte, en la localidad suiza de Chur, de Javier de Borbón Parma, penúltimo pretendiente carlista al torno de España, un personaje poco conocido pero que en su misma biografía explica claves de la historia más reciente de España.

Participó en los preparativos del alzamiento de 1936, presidiendo una junta suprema militar tradicionalista que dará un gran número de armas a los sublevados, siempre en estrecho contacto con los generales José Sanjurjo y Emilio Mola. El 5 de agosto de 1936, el pretendiente carlista al trono de España Alfonso Carlos I le nombra general de división de los Reales Ejércitos.

Alfonso Carlos I falleció al poco, el 28 de septiembre, en Viena, atropellado por un camión. No tenía hijos y se abrió el problema sucesorio. La mayor parte de los carlistas aceptaron a Javier de Borbón Parma, quien se opuso a la unificación de los tradicionalista con la Falange y fue expulsado de España tras entrevistarse con Franco.
Javier de Borbón Parma había nacido en Villa Pianore, cerca de Viareggio, en la región italiana de la Toscana, el 25 de mayo de 1889. Realizó estudios universitarios en París, donde obtuvo el título de ingeniero agrónomo y la licenciatura en Ciencias Políticas. Participó en la I Guerra Mundial como oficial de artillería del Ejército belga. En ese tiempo intercedió, a petición del Papa Benedicto XV, para intentar lograr una paz entre el Imperio austrohúngaro y los aliados, sin éxito.
Aunque contribuyó al 18 de julio, Javier de Borbón fue inmediatamente perseguido por el nuevo régimen, que expropió a los carlistas bienes, locales y periódicos. Ahí se inicia una evolución ideológica de los tradicionalistas hacia posiciones socialistas autogestionarias, llegando incluso a participar en coaliciones de grupos de la oposición al régimen franquista.
El pretendiente se alistó de nuevo en el Ejército belga, como coronel de artillería, tras la invasión nazi del país. Participó en la Resistencia francesa, ocultando a fugitivos franceses en los bosques de su castillo primero y, más tarde, dirigiendo un maquis de unos cien hombres en la región de Allier. Fue detenido el 22 de julio de 1944 y llevado a Vichy. Permaneció un mes en la cárcel que allí tenía la Gestapo. Tras ser condenado a muerte acusado de terrorista, comunista y agente inglés, fue deportado al campo de exterminio de Dachau.
En 1952, ante la persistencia del problema sucesorio, se proclamó Rey de España con el nombre de Javier I y mantuvo su pretensión al trono hasta 1975, fecha de su abdicación. Efectivamente, en febrero de 1972, tras sufrir un grave accidente de tráfico, concedió plenos poderes a su hijo, Carlos Hugo, para dirigir el Partido Carlista, y el 20 de abril de 1975 abdicó en él. Actualmente Carlos Hugo sigue encarnando los derechos dinásticos carlistas al trono de España.

Dos años después falleció en la ciudad suiza de Chur, en el cantón de Graubünden, a los 87 años de edad. Hoy se cumplen treinta años de su muerte.

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