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PARTÍU CARLISTA: pola defensa de la nuesa tierra

Nueves Alternatives Sociales

"El arte es una herramienta para hablar de eso que no se habla"

Costa Gavras

Se declaró un hombre de izquierda, aunque no se identifica con ningún partido. Es uno de los cineastas mas polémicos.

El director greco-francés que dirigió "Z", "Estado de sitio" y "Missing-Desaparecido", invitado a un festival de filmes europeos que tuvo lugar recientemente en un complejo porteño de salas, se reafirmó como "un hombre de izquierda pero sin adhesión a un partido político en particular, y enemigo de todo lo que signifique el ejercicio arbitrario y opresivo del poder".
"La sociedad a la que aspiro es la que respeta la dignidad de los hombres, la libertad y la posibilidad de vivir una vida humana", explicó el realizador, ansioso por completar la ronda de reportajes para subirse a un taxi y, en compañía de un amigo argentino, correrse hasta el puente Pueyrredón a ver de cerca a esos "piqueteros" de los que tanto le hablaron en Europa.
Costa-Gavras aprovechó intensamente su actual viaje a Sudamérica: concurrió a los festivales de cine de Río de Janeiro y Viña del Mar; declaró en Chile ante el juez que interviene en el caso del activista represaliado que narró en su filme "Missing- Desaparecido", y participó en la Argentina de la muestra EFI 2002 de preestrenos españoles, franceses e italianos, que incluye el último título del griego-francés, "Amén".

El hombre

Nacido en Loutra-Iraias hace 69 años, luego ciudadano francés, Costa-Gavras se consagró a fines de los '60 como uno de los mascarones de proa del por entonces muy en boga "cine político", al que aportó éxitos como "Z" (1969), donde atacaba a la dictadura de los coroneles en su patria; "Estado de sitio" (1973), sobre la presencia de la CIA en Latinoamérica, y "Séction speciale" (1975), acerca del colaboracionismo francés durante la Segunda Guerra.
Si tales películas le ganaron el aprecio de la llamada "progresía" en distintas latitudes, otra obra suya, "La confesión" (1970), sobre la represión estalinista en un país centroeuropeo, hizo fruncir el ceño a los feligreses prosoviéticos.
"Esos filmes -según Costa-Gavras- tuvieron su razón de ser en su momento pero hoy la situación cambió en cierto modo: en Grecia y en Latinoamérica ya no mandan los militares y el comunismo se derrumbó en Europa, pero ahora los métodos de dominación son distintos y los países pobres deben buscar formas justas de vinculación con las naciones ricas y con organismos como el FMI".
En las dos últimas décadas, Costa-Gavras filmó y no poco en los Estados Unidos: "Missing-Desaparecido" (1982), la búsqueda de un activista "desaparecido" durante el golpe pinochetista; "Traicionados" (1988), las bandas estadounidenses que heredaron las prácticas del Ku Klux Klan, "Mucho más que un crimen" (1989), la captura de un viejo criminal nazi, y "El cuarto poder" (1997), los excesos del periodismo.
"No me sentí perseguido por mis ideas filmando en Estados Unidos -comentó-. Primero, porque los estadounidenses no funcionan monolíticamente. Segundo, porque tienen la cualidad de aceptar las críticas. Claro, allí como en todas partes hay gente muy conservadora, que se niega a ver la realidad, y alguna vez aparece algún artículo negativo contra mí, pero es normal".
El cineasta greco-francés, juzgando en perspectiva su obra, señaló que con sus películas intenta opinar sobre distintos temas que le llaman la atención: "Más que eso, busco hacer preguntas, pues no creo que el cine deba dar respuestas. Y si esas preguntas son las exactas, mejor".
"El arte, en cierto modo, es político: yo lo entiendo como herramienta para hablar de eso que no se habla, mostrar lo que no se muestra, romper la rutina de la vida cotidiana, elegir otras visiones del mundo", definió.
Para Costa-Gavras, su única actividad política fuera de la realización de cine es el mismo cine, al que se dedicó también como titular de la Cinemateca Francesa y de la Asociación de Cineastas de Francia.
"...Y votar -agregó- porque no milito en partido político alguno. En cuanto me hice ciudadano francés, voté por De Gaulle porque les dio la independencia a los argelinos; después por Mitterrand; la penúltima vez por Jospin, y la última vez por Chirac para que no ganara el fascista de Le Pen".
Es optimista respecto del estado de cosas en el mundo. "Pero con cuidado -se ataja-, porque las circunstancias cambian. Soy pesimista por lo que les pasa a ustedes, los argentinos, o porque Le Pen recibe tantos votos, y optimista por cómo cambiaron algunas cosas en Chile después de Pinochet y por el triunfo de Lula en Brasil.

"Amen"

El cineasta Costantin Costa-Gavras, cuyo filme "Amen" se estrenó en Argentina, considera que "no es sano ver siempre el mismo tipo de cine" y que europeos y latinoamericanos deben acercar más sus respectivas cinematografías. "Es importante saber qué pasa y como piensan en otros países. El cine es espectáculo pero también es conocimiento y gracias a él se puede comprender cómo viven, sienten y aman los otros", señaló anoche durante la presentación del festival EFI 2002 en Buenos Aires.
"Amen" es un filme sobre los vínculos entre el Vaticano y el nazismo, que ha suscitado polémica. Su autor, Costa-Gavras, uno de los máximos exponentes del cine político, señaló que esos vínculos con el III Reich, como otros de la jerarquía católica con dictaduras latinoamericanas, obedecen a que "el Vaticano es un Estado, con todas las necesidades y la lógica de un Estado, más que de una religión". Costa-Gavras manifestó su esperanza en que el público latinoamericano será "sensible" a lo que se narra en "Amen", como lo fue con sus películas "Zeta" y "Missing", en las que se metió en el tema de la subversión y la guerra sucia en Latinoamérica.

EL PERSONALISMO DE MOUNIER


Contrasta con lo lógico y el interés científico de la filosofía analítica un movimiento filosófico originado en los años 30 por el filosofo francés Emmanuel Mounier. Se trata del personalismo. En sentido amplio es personalista toda aquella filosofía que revindique la dignidad del hombre contra las diversas negaciones llevadas a cabo especialmente desde el materialismo. En un sentido más estricto, el personalismo es la doctrina que mantiene que el ser en su principio es personal o se deriva de la persona como manifestación de la comunicación entre personas. Aunque el personalismo presenta múltiples tendencias, en su origen y plenitud presenta una orientación cristiana.
Emmanuel Mounier nació en Grenoble en 1905. Dedicado, en un primer momento a la enseñanza, fundó en 1932 la revista Esprit, de la que será director hasta su muerte. Toda su vida giró en torno a esta revista, siendo él mismo el mayor colaborador. Algunos de sus escritos son colecciones de artículos publicados en la revista Esprit. Además, en 1936 publicó Manifiesto al servicio del personalismo y en 1949 El personalismo. Murió en 1950.


1. Dimensiones de la persona
Mounier afirma que el personalismo surgió como una respuesta a la crisis de 1929. Al comienzo de su Manifiesto declara: “Llamamos personalista a toda doctrina, a toda civilización que afirma el primado de la persona humana sobre las necesidades materiales y sobre los mecanismos colectivos que sostienen su desarrollo”. Este primado de la persona significa que cada individuo humano es un absoluto, y que, por encima de la persona, sólo hay un Dios, también personal.
La persona, reconoce Mounier, no es susceptible de una definición rigurosa, sino que es la presencia misma del hombre. A pesar de ello, en su Manifiesto al servicio del personalismo, la define como “un ser espiritual constituido como tal por una forma de subsistencia y de independencia en su ser”. Esta “definición” no se distancia en lo fundamental de la clásica boeciana: “sustancia individual de naturaleza racional”. La persona, añade, es un “espíritu encarnado”. Esto no debe ser entendido platónicamente, porque el cuerpo es hombre es cuerpo con igual titulo que es espíritu, es todo entero cuerpo y todo entero espíritu.
En un segundo plano, el de la personalidad psicológica, realiza una caracterización fenomenológica de las dimensiones de la persona. Estas dimensiones son:
- La vocación: principio de unificación e integración progresiva de todos los actos de la persona. Es el acto propio de la persona, su principio espiritual.
- La encarnación. No se trata de desembarazarse de la vida sensible ni de las necesidades materiales, sino que la persona, como “espíritu encarnado”, las debe afrontar como parte de su ser.
- La comunión: la persona se encuentra dándose a la comunidad. En su esencia, la persona no es un individuo aislado, sino radicalmente comunitarista. Esta comunión o comunicación se funda en cinco actos originales, que son:
- -Salir de sí: capaz de desprender del amor propio.
- -Comprender: capaz de dar acogida a los intereses de los demás.
- -Asumir sobre sí: capaz de hacerse cargo del propio destino.
- -Dar: capaz de dar sin medida y sin esperanza de retorno.
- -Ser fiel: capacidad de entrega personal al amor y la amistad.
A su vez estos actos originales de comunicación se conjugan con otros de conversión íntima o vida interior, a saber:
- Recogimiento o sobre sí.
- Secreto o en sí.
- Pudor.
Para llevar a cabo las dimensiones de la persona, deben realizarse correlativamente tres ejercicios esenciales de la formación de la persona:
- La meditación: para buscar la vocación.
- El compromiso: como reconocimiento de su encarnación.
- El desprendimiento: para favorecer la comunicación.



2. La estructura de lo comunitario
La dimensión comunitaria de la persona pone de manifiesto que existe una radical distinción entre individuo y persona. El individuo es como la parte superficial de la persona, por tanto, lo más unido a la materia y, como tal, más disperso e impersonal. Los desórdenes egoístas nacen del individuo: la avaricia, la agresividad, la propiedad... La persona, en cambio, indica señorío, generosidad, ya que nace de la parte espiritual y nuclear del hombre.
El concepto de comunidad que está manejando Mounier no se identifica con el de sociedad. La sociedad es algo impersonal, por eso hay muchos tipos y formas de sociedad. La sociedad no tiene rostro, es el ámbito del se (“se dice”, ”se hace”), donde surgen las masas, aglomerados humanos anónimos, despersonalizados. En la sociedad falta comunicación interpersonal y verdadera solidaridad, porque se ha fundado en los individuos y se ha prescindido de los valores espirituales que aporta la persona.
La comunidad, en cambio, surge de la reunión de las personas, cuando el yo es capaz de abrirse y extenderse al nosotros. Para que haya comunidad cada yo ha de descubrir a cada uno de los otros como persona y tratarlos como tales. Considera a los demás como prójimos, a los que ama, ya que el amor es el primer vínculo de la comunidad y realizar la misma función que la vocación en la unidad de la persona. De esta forma, la comunidad personalista es como una persona de personas.
Para lograr esta comunidad personalista, se hace necesaria una revisión de las estructuras fundamentales de la sociedad actual. Esta revisión dará lugar a nuevas estructuras como la educación personalista, es decir, una pedagogía fundada en el espiritualismo; la familia, haciendo hincapié en la personalidad de la mujer; la cultura de la persona,, ya que las colectividades no crean cultura, sino la comunidad de personas; la economía de la persona en contra de la economía capitalista que se organiza al margen e incluso contra las personas.
Mounier hace una crítica de los sistemas opuestos al personalismo. Para él, cono titula un apartado de su Manifiesto, el mundo moderno está contra la persona. Las doctrinas que van contra la persona son:
- El individualismo liberal y capitalista, que ha desencadenado fuerzas económicas impersonales y la tiranía del industrialismo. Esta civilización burguesa e individualista implica la corrupción de los valores espirituales, sustituyéndolos por aspiraciones materiales.
- Los fascismos y totalitarismos, que son los máximos enemigos del personalismo, pues suponen el dominio de lo irracional y el desprecio total de las personas, convirtiéndolas en masa fácil de oprimir y destruir sus libertades.
- El comunismo marxista, que al negar las realidades espirituales, no tienen cabida la persona y sus valores personales, como la libertad y el amor.


3. Otros personalismos
Ya hemos dicho, que existen muchos tipos de personalismos. Por eso, resulta imposible hacer una breve referencia a todos. Simplemente los nombraremos como pertenecientes a un personalismo en el más extenso sentido de la palabra: J. Lacroix, M. Nédoncelle, P. Ricoeur, E. Levinas, N. Berdiaev, J. Maritain, G. Marcel, R. Le Senne, M. Buber.

«Somos víctimas de una sociedad de consumo, de lujo»

Privarse de algo es liberarse de las servidumbres de una civilización que nos incita cada vez más a la comodidad y al consumo sin siquiera preocuparse de la conservación de nuestro ambiente, patrimonio común de la humanidad. ¡Fíjense qué palabras, que aun hacen el bien en el campo material! «Somos víctimas de una sociedad de consumo, de lujo» Y estamos sacando cosas de consumo, porque la propaganda es tremenda, y tomamos cosas aun superiores a nuestro sueldo. Queremos vivir el lujo, queremos consumir como consumen todos y nos estamos haciendo víctimas, esclavos (Homilía 4 de marzo de 1979, VI p. 183). [197] Moseñor Romero.